Pasar al contenido principal
Museo Nacional de Arte Oriental

El auge de la literatura coreana contemporánea

Desde hace años, Corea comenzó a estar en el centro de la escena mundial gracias al cine, las series y la música. Poco a poco también su literatura, una gran desconocida en Occidente, nos va llegando en traducciones cada vez más frecuentes. ¿Qué nos atrae de las voces de ese país? ¿Qué puentes establecen con nuestras sensibilidades tan lejanas?

Por Nicolás Braessas

Tal vez una advertencia del futuro no tan distante. Hay una vitalidad feroz que avanza a los tumbos entre el frenesí de la bonanza económica y la desolación de las crisis de identidad perpetuas (solo basta ver la tragedia del siglo XX coreano para entender la furia reprimida que se respira en sus libros). Una constante de sus producciones literarias y audiovisuales es la relación con el pasado, su ingreso acelerado a la modernidad y la crueldad ante los que no soportan el ritmo del pali pali[1]. El juego del Calamar y Parasite captaron muy bien esa atmósfera donde conviven tantas contradicciones.

Lo que fascina de Corea es la velocidad meteórica con la que copa espacios. Recién a finales de los 90´ comenzó a traducirse su literatura en ámbitos no académicos y en los últimos tres años ya cuenta con dos bestsellers que vendieron millones en todo el planeta: Kim Ji-young, nacida en 1982 de Cho Nam-joo, una novela feminista, y Almendra de Won-Pyung Sohn, una novela juvenil. El jueves 26 de mayo se anunció uno de los premios literarios más importante del mundo, el International Booker Prize, y una de las finalistas de la short list fue Conejo Maldito de Bora Chung, que en septiembre va a ser publicada en España por Alpha Decay. Ese libro de cuentos tan particular (su género es la weird fiction) mezcla feminismo, ciencia ficción y terror. La autora es una de las voces asiáticas más interesantes de la actualidad: hasta ahora se la tradujo a 17 idiomas y la nominación le dio un gran envión a la llegada de nuevos títulos coreanos a nuestro lado del mundo.

En Argentina, Hwarang Editorial se dedica a publicar solo literatura de ese país y su catálogo va desde lo clásico a lo actual. Por ejemplo, La historia de Hong Kiltong del siglo XVI (considerada la primera novela escrita en hangul[2]) convive con Los estándares coreanos de Park Mingyu, el gran renovador de las letras de su país en el siglo XXI.  La editorial Fiordo publicó Sobre mi hija de Kim Hye-jin, una nouvelle de temática queer, que en Corea generó un gran revuelo por poner de manifiesto las diferencias entre las viejas generaciones conservadoras y una nueva juventud progresista. Hay una literatura que está pegando fuerte allá: la literatura del yo y de géneros híbridos. Autobiografías que mezclan ensayo y diario personal, novelas corales con collages de distintos formatos y lo que en el mundo anglosajón llaman faction, es decir, fusión de fact (hechos reales) y fiction (ficción).

Estamos en el comienzo de esta nueva ola coreana, esperemos que no sea solo una moda pasajera, sino el nacimiento de una nueva tradición literaria global.

___

Nicolás Braessas es traductor de coreano y editor en Hwarang Editorial 

--------------------

[1] Expresión que significa “rápido rápido” y se utiliza para describir la velocidad de la vida actual en Corea del Sur.

[2] Alfabeto nativo que creó el Rey Sejong en el siglo XV. Antes se escribía en chino.