¿En qué pensamos cuando decimos Oriente? Esta exhibición propone un modo de encontrarnos con las producciones culturales que tienen lugar en el enorme territorio comprendido bajo esta noción.

Oriente Todo

La exhibición principal, curada por Anush Katchadjian y Lucia De Francesco, presenta diferentes producciones culturales y propone despojarnos de ideas preconcebidas para pensar, ensayar y construir sentidos sobre los relatos que modelaron la mirada de Occidente sobre lo oriental. Está organizada en núcleos que abordan diferentes aspectos sobre cómo se construyeron estos imaginarios: la noción de lo extraño; lo sensible y lo sensual; el detalle, la preciosidad y la concepción del tiempo y la presencia de la naturaleza. De esta forma, nos invita a reflexionar si estamos tan distantes de esas concepciones o, en todo caso, si no podrían ser parte de nuestra cotidianidad teniendo en cuenta la multiplicidad de culturas que se sintetizan bajo la categoría de arte oriental. 

Por eso, proponemos empezar a participar de situaciones —novedosas para algunos, cotidianas para otros— y disfrutar de lo que tenemos en común o compartir las diferencias desde un lugar de respeto y convivencia.

Ofrecemos visitas guiadas los sábados y domingos a las 17 h

Podés descargar un recorrido autoguiado <<<AQUÍ>>>

El Oriente que construimos 

En el imaginario occidental, Oriente se construye de retazos. El propio concepto de Oriente parecería definirse por oposición: es todo aquello que no es Occidente. 

Se trata de una noción amplia que incluye diversas geografías, naciones, culturas, prácticas y grupos sociales. Los intentos por definir a ese otro lejano, distinto, desconocido no son inocentes. Tienen una dimensión política  en la que la centralidad de Europa históricamente impuso su visión dominante y ha construido un relato que fue interiorizado a lo largo del tiempo por el resto de Occidente. 

La literatura, las artes visuales, el cine y otros productos culturales  han reproducido esos enfoques acerca de Oriente.  Se conoce como orientalismo la teoría que asume diferencias “esenciales” entre Oriente y Occidente y que deriva en representaciones prejuiciosas y estereotipadas que, al mismo tiempo que describen aquello comprendido como lo oriental, lo reducen.

Podemos quedarnos con una concepción imaginada o buscar maneras distintas de acercarnos a las diversas culturas de Oriente.


La travesía de los objetos

Pocas veces sabemos cómo las piezas de los museos llegaron hasta ahí. Podemos intentar recrear las huellas de sus itinerarios a partir de las etiquetas, las cajas y los sellos que exhiben.

Los objetos han hecho largas travesías. Varios arribaron al puerto de Buenos Aires luego de extensos viajes comerciales en barco: partieron principalmente de Shanghái, Yokohama y la costa de Coromandel, provenientes de China, Japón o India.  Otros llegaron con los coleccionistas que los adquirieron durante viajes a Oriente o en recorridos por Europa,  donde podían encontrarse piezas de variada procedencia: del Imperio persa o Egipto, del Tíbet y del sudeste asiático. 

Hayan venido desde puertos lejanos hasta los anticuarios porteños o pasado por diversas manos para anclar en nuestro territorio, los objetos han atravesado otros tiempos y geografías, y al observarlos los recorremos y viajamos con ellos. 

El legado de Torre Bertucci

José Antonio Torre Bertucci (1888-1970) fue un músico y pedagogo argentino, además de un coleccionista apasionado por Oriente. 

Conformó su vasta colección con amuletos egipcios de más de 2000 años de antigüedad, estampas japonesas, porcelanas chinas, estatuillas budistas, sables y armaduras de samurái. 

Con motivo de su formación académica en música, hacia 1909 Torre Bertucci viajó a Europa, donde amplió su interés por el arte oriental tomando contacto con galerías de arte y anticuarios especializados en ese tema. 

Torre Bertucci donó miles de piezas de su colección personal al patrimonio nacional con la intención de que pudieran ser apreciadas por generaciones futuras, y hoy representan una enorme proporción del acervo del MNAO: objetos de Japón, China, el Imperio persa, Egipto, India, Tailandia, Tíbet e Indonesia.

 El tiempo en el detalle 

En este lado del mundo se suele decir que las culturas orientales se destacan por su paciencia. ¿Oriente es minucioso y laborioso? ¿Oriente es lento y reflexivo? 

Las diversas culturas conciben el paso del tiempo de distintas formas. Los detalles resultan de pensar el tiempo de trabajo como proceso  y no como un medio para alcanzar un fin: el foco no está puesto en el resultado sino en el desarrollo. Es ahí donde surge la transformación que da lugar a una valoración de lo meticuloso. 

El encuentro con el detalle invita a apreciar con detenimiento los objetos de esta sección.

Detenerse no es demorarse. Los objetos también proponen un tiempo para ser descubiertos: extender un rollo de caligrafía, observar un paisaje, pasar las páginas de un álbum de acuarelas… ¿Cuánto tiempo nos tomamos para admirar las piezas que aquí se muestran? Las acciones, los movimientos y las cosas tienen su propio tiempo.Las transformaciones son graduales y silenciosas.

Lo espiritual en lo cotidiano 

En el vasto territorio que comprende la noción de Oriente  conviven credos y prácticas espirituales diversas que tienen algunos puntos en común. Uno de ellos es el modo en que la espiritualidad se filtra y participa en la vida cotidiana mediante distintas acciones que se ejecutan de manera individual o grupal.

La práctica del rezo o la meditación puede darse tanto en el hogar como en el templo, ya sea en silencio o con música y cantos. En ella es posible utilizar objetos o adoptar ciertas posturas con el cuerpo. 

El culto a los ancestros está presente en el día a día en altares hogareños donde se les rinde respeto a los antepasados difuntos.

Otro punto en común es el uso del calendario lunar o lunisolar, que indica los tiempos de la actividad agrícola a la vez que establece los momentos de ritos y festividades que aseguran la reunión de los grupos y la renovación de la fe colectiva. 

Oriente sensual 

Desde la mirada occidental, Oriente se ha imaginado como un territorio rodeado por un halo de seducción. A lo largo del siglo xix se construyó un imaginario erótico, sobre todo en la literatura y la pintura románticas, que incorporaron como tópicos recurrentes la odalisca, la seda, el incienso y las especias perfumadas, así como la sensualidad del abanico, el kimono o el turbante, entre otros. 

A partir de relatos de viajeros que se aventuraron a Oriente, para representarse a esas culturas distantes Occidente fue ensamblando paisajes, aromas, modas y hábitos donde se enaltecen el hedonismo y los placeres. 

Se puede pensar en un modo de sensualidad oriental construido a partir del juego de lo que se revela y lo que se oculta,lo que despiertan en el tacto determinadas texturas o cómo estimulan el olfato los aromas del ambiente y no tanto a partir de parámetros físicos o expresiones del cuerpo.

Las múltiples dimensiones de la naturaleza 

Es habitual pensar que Oriente está en mayor conexión con la naturaleza que Occidente. ¿De dónde parte esa afirmación? 

Muchas de las culturas orientales organizan su calendario de ritos y festividades sobre la base de la actividad agrícola. Aun en el presente, las fases de la luna y el comienzo del otoño o de la primavera señalan tiempos de celebraciones y ceremonias vinculadas con los momentos de cultivo, cosecha o florecimientos auspiciosos.

Al buscar la armonía entre el ser humano y su entorno se da una concepción de respeto y veneración por lo natural. La importancia otorgada a lo vital y orgánico se traduce en la presencia constante de elementos botánicos y animales en las producciones artísticas. 

Es el caso de muchos de los objetos del Museo: piezas que adoptan formas naturales y composiciones que muestran toda clase de árboles, flores, frutos y animales o bien paisajes de niebla, montañas, ríos y rocas. 

Cuándo

  • Lunes | Cerrado
  • Martes | Cerrado
  • Miércoles | Abierto de 14:00 a 20:00
  • Jueves | Abierto de 14:00 a 20:00
  • Viernes | Abierto de 14:00 a 20:00
  • Sábado | Abierto de 14:00 a 20:00
  • Domingo | Abierto de 14:00 a 20:00

Dónde

Viamonte 525, 2do piso