En el Museo Histórico del Norte - Cabildo de Salta

A lo largo de la historia de la humanidad, diferentes culturas han vinculado a la muerte con ideas acerca del más allá, un espacio misterioso, metafísico, en el cual las almas de las personas difuntas tienen una existencia prolongada o eterna. En la cultura china, los registros arqueológicos y los textos transmitidos desde la antigüedad dan cuenta de una conciencia muy temprana y sofisticada sobre la inevitabilidad de la muerte y la necesidad de honrar a quienes mueren.

La exhibición, curada por el especialista Ignacio Villagrán (director del Centro de Estudios Argentina-China de FSOC-UBA), aborda el vínculo entre lo material y lo metafísico a partir de objetos de la colección del MNAO y de aportes de la ciudad de Xuzhou (China), indagando en cómo las creencias y sus vestigios materiales nos permiten reflexionar sobre otras culturas y la propia.

Estas prácticas funerarias fueron uno de los aspectos más notorios de la civilización china, que se destacó por la producción de piezas en bronce, jade y terracota, legando a la posteridad una impresionante cantidad de objetos de gran sofisticación estética y técnica, algunos de los cuales pueden verse en esta exhibición.

La propuesta tiene como punto de partida el hermanamiento de las ciudades de Salta y Xuzhou y contribuye a la federalización de una colección nacional, permitiendo ampliar el acceso a las piezas y acercar a más ciudadanxs argentinxs a la cultura china y a su historia milenaria.

La realización de esta iniciativa fue posible gracias al apoyo de la Secretaría de Política Minera de la Nación, la Municipalidad de Salta, el Concejo Deliberante de Salta, la Universidad Católica de Salta, el Centro de Estudios Argentina-China de FSOC-UBA, la ciudad de Xuzhou, la China University of Mining and Technology, y la Galería de Arte de Relieves en Piedra de la Dinastía Han de Xuzhou; y al auspicio de Hanaq Group, Minera Andina del Sol y New Times Energy.

Del 11 de mayo al 2 de junio de 2019
Museo Histórico del Norte - Cabildo de Salta (Caseros 549, Ciudad de Salta)
Martes, miércoles, jueves y viernes, de 9 a 13.30 y de 15 a 19.30 hs
Sábados, de 13.30 a 19.30 hs
Domingos  de 10.30 a 13.30 y de 14.30 a 18.30 hs
Entrada libre y gratuita

Minerales del más allá. Tradiciones funerarias de la antigua China

A lo largo de la historia de la humanidad, diferentes culturas han vinculado a la muerte con ideas acerca del “más allá”, un espacio misterioso, metafísico, en el cual las almas de los difuntos tienen una existencia prolongada o incluso eterna. Los mitos, prácticas y representaciones iconográficas sobre este mundo ultraterreno resultan tan variados como sorprendentes. Desde la construcción de grandes tumbas, como las pirámides egipcias del cuarto milenio antes de nuestra era (a. n. e.), hasta los entierros rituales de infantes según la práctica incaica del siglo XVI. En todos estos casos, existía una relación entre los objetos funerarios y el rango de los difuntos, entre su posición social y riqueza material en vida, y aquellos objetos que los acompañarían en el otro mundo.

En la cultura china se desarrolló desde un período muy temprano una conciencia sobre la inevitabilidad de la muerte y surge la necesidad de honrar a los difuntos, en especial a los de la propia familia. Asimismo, la idea de que nuestra vida mortal es efímera aparece reiteradamente en inscripciones funerarias y en la poesía tradicional. Uno de los poemas clásicos de la dinastía Han lo expresa de la siguiente manera: 

年命如朝露,     Los años destinados a la vida del hombre son como el rocío matinal,

人生忽如寄,     la vida pasa como un viaje fugaz,

壽無金石固.     no tiene la permanencia del metal o las piedras. 

Tanto los registros arqueológicos como los textos que han sido transmitidos desde la antigüedad dan cuenta de un sofisticado y cambiante sistema de creencias y de prácticas funerarias elaboradas que formaron uno de los aspectos más notorios de la civilización china. Desde el inicio del tercer milenio a.n.e., los pobladores de la llanura del Rio Amarillo se destacaron en la producción de piezas en bronce, jade y terracota, legando a la posteridad una impresionante cantidad de objetos de gran sofisticación estética y calidad técnica. Luego, las dinastías imperiales continuaron esta tradición, aprovechando la riqueza mineral del territorio chino y la avanzada técnica metalúrgica de sus artesanos. 

La exhibición aborda el vínculo entre lo material y lo metafísico a partir de objetos chinos de la colección del Museo Nacional de Arte Oriental y de aportes de la ciudad de Xuzhou para dar cuenta de la importancia de los enterramientos y de la veneración a los antepasados en la cultura china tradicional.

El proyecto de hermanamiento de la ciudad de Salta con la ciudad de Xuzhou motivó la iniciativa para realizar esta exhibición, que indaga en los misterios de la vida humana y las maneras en que las tradiciones, las creencias y sus vestigios materiales nos permiten reflexionar sobre otras culturas y la propia.

– Ignacio Villagrán

Mirada al pasado

Si las culturas miran hacia su pasado para definirse, para pensar el futuro, para aprender de sus orígenes, el caso de China no es una excepción. La historiografía, que estudia las maneras de interpretar la historia, identifica algunos momentos clave en el desarrollo civilizatorio de China y separa dos etapas fundamentales, el período preimperial (dinastías Shang y Zhou) y el período imperial temprano (dinastías Qin y Han), por ser estos los momentos de conformación y consolidación de algunas de las particularidades culturales, sociales y políticas que permiten rastrear elementos de continuidad en una civilización con más de 3500 años de historia.

Un aspecto importante de esta continuidad es la idea de un pasado remoto en el cual se habían establecido los principios de buen gobierno. La impronta de las primeras formaciones políticas organizadas se expresa en las numerosas referencias al período clásico que aparecen en los textos posteriores casi como sinónimo de orden y buen gobierno.

Una de las preguntas más importantes que surgen al imaginar la persistencia y la vigencia de estos modelos es ¿por qué las élites de China imperial tardía se esforzaron por recuperar e incluso reproducir la cultura material de Shang y Zhou? ¿Cuál era el sentido de copiar los modelos de objetos ceremoniales antiguos cuando las prácticas habían cambiado tan radicalmente? Quizás haya sido por su valor estético o por su conexión con el pasado venerado.

Es interesante resaltar la recuperación de los modelos de bronces ceremoniales Shang y Zhou en periodos posteriores. Si bien gran parte de los bronces estuvieron enterrados durante siglos, en la dinastía Song (960-1278) se encontraron un gran número de piezas y el interés por las antigüedades se difundió entre la élite intelectual y política. A partir de Song, se dará una creciente importancia al estudio y a la colección de los distintos tipos de bronces ceremoniales. De esta manera, el vínculo con un pasado distante se consolidaba tanto por la tradición textual como por el registro de la producción material.

Lo funerario en China preimperial

La continuidad del culto a los antepasados es una de las características más salientes de la civilización china desde sus inicios. Los escritos de la dinastía Shang son principalmente registros de la actividad religiosa de la aristocracia. En los complejos funerarios se encontró evidencia de cómo un reducido grupo de adivinos al servicio de la casa real utilizaba sus conocimientos y técnicas especiales para comunicarse con el mundo de los espíritus.

Por su parte, la dinastía Zhou es sin duda la que mejor encarna los ideales de la cultura clásica en China. Es el período formativo de las instituciones y de gran parte del pensamiento político, principalmente por tratarse de un extenso periodo de ocho siglos durante los cuales maduraron los mecanismos para el registro de la actividad humana a través de la escritura y a partir del siglo V, las formas de argumentación filosófica. No debe sorprender que las instituciones y las personalidades de la dinastía Zhou aparezcan como modelo a seguir para la consolidación de la cultura tradicional.

Las creencias asociadas con las prácticas mortuorias del período Zhou son muy variadas y los registros textuales dan cuenta de una serie de polémicas respecto a la existencia o no de los espíritus, la capacidad de los muertos de afectar la suerte de los vivos, e incluso sobre la estructura política del más allá.

Las tumbas del período preimperial son mayormente recámaras subterráneas en las cuales se ubicaban el cuerpo y las pertenencias del difunto. Las salas tenían una forma rectangular en cuyo centro se depositaba el ataúd y alrededor distintos objetos funerarios, como los famosos bronces ceremoniales (contenedores especiales que cumplían una función ritual), huesos oraculares con inscripciones adivinatorias, campanas, tallas en jade, carros de combate, equinos e incluso, sirvientes.

Eje de carro ceremonial. China, dinastía Shang, s. XX a. n. e. Bronce

Los bronces ceremoniales

La habilidad de fabricar objetos rituales, armas y herramientas en bronce fue un avance tan significativo en el desarrollo de la humanidad que llegó a considerarse como el signo distintivo de un estadio civilizatorio, la llamada “Edad del Bronce”

Este metal no se da de forma natural, sino que es producto de una aleación de otros metales (cobre, estaño y plomo),  y por lo tanto, requiere del desarrollo de tecnologías de extracción y fundición.

La sociedad de bronce en China se ubica entre el 1300 y el 256 a. n. e., coincidiendo con la mayor parte de las dinastías Shang y Zhou. Una particularidad es que la mayor parte del bronce encontrado en sitios preimperiales se utilizó para producir distintos objetos ligados a los ritos para los antepasados.

Durante el periodo Shang las técnicas de fundición alcanzaron su madurez y las formas y diseños de los artefactos de bronce dan testimonio de un estado avanzado en la metalurgia. Es en este período que se consolidan las formas de los llamados bronces ceremoniales, piezas vinculadas al culto a los antepasados; también asociadas al poder político. Hay una gran variedad de formas y diseños que determinan su función ritual y existían normas precisas que determinaban la cantidad y el tipo de artefactos de bronce que estaban permitidos tener según el rango del difunto. Entre los siglos XIII y XI a.n.e. comienzan a tener inscripciones con los nombres de los ancestros y más adelante con relatos de hechos históricos. Esto permitió conocer más sobre la vida de las élites Shang y Zhou.

A partir de la dinastía Zhou, las técnicas de fundición y la producción de los bronces ceremoniales cambiaron significativamente: comenzaron a aparecer nuevas piezas con funciones diferentes y las inscripciones se hicieron cada vez mas extensas y elaboradas, lo que dio cuenta de una transformación de las practicas sacrificiales. Además, durante el siglo VII a.n.e., los bronces comenzaron a producirse mediante el procedimiento de la cera perdida, lo que permitió diseños mucho más elaborados que los anteriores (fabricados mediante la técnica de múltiples moldes de cerámica). Se sumó también la aplicación de capas de oro y laca, lo cual generó un nuevo tipo de experiencia visual.

En el período imperial temprano (dinastías Qin y Han) se dio otro cambio: el bronce pasó a utilizarse principalmente para fabricar objetos de uso cotidiano en la vida de la élite. Los artefactos de este metal ya no estaban reservados exclusivamente para las funciones rituales y por tanto los diseños perdieron su carácter ritual, se volvieron menos solemnes y más decorativos.

Los ritos han sido completados correctamente.

禮儀既備

Las campanas y los tambores han sonado su advertencia.

鍾鼓既戒。

El descendiente filial toma su posición,

孝孫徂位

mientras que el sacrificante reporta:

工祝致告。

"Los espíritus ya se han embriagado por completo."

神具醉止、

Entonces el gran representante de los muertos se levanta

皇尸載起。

y lo acompañan los tambores y las campanas,

鼓鍾送尸

entonces los espíritus retornan tranquilamente [a su morada],

神保聿歸。

mientras que los sirvientes y las mujeres a cargo

諸宰君婦、

retiran los restos [del banquete sacrificial] sin demora

廢徹不遲。

Los padres y hermanos presentes

諸父兄弟

se aprestan para el banquete posterior al sacrificio

備言燕私。

Fuente: Cantares de Chu (finales del s. IV, principios del s. III a. n. e.)

Gui (contenedor sacrificial para guardar granos). China. Bronce

Las primeras dinastías imperiales

El inicio de las dinastías imperiales implicó cambios significativos en las prácticas funerarias y se dio de forma simultánea con la finalización de la larga era de bronce en China. Por supuesto que este material no dejó de usarse por completo pero ya no se utilizó para fabricar los ornamentados artefactos rituales que habían caracterizado a la cultura material de Shang y Zhou.

El primer período, la dinastía Qin (221-209 a. n. e.), se destacó por la creación de la tumba más famosa de China: el mausoleo del primer emperador junto a su ejército de guerreros de terracota.

Más tarde, durante la dinastía Han (202 a. n. e.-220), las tumbas de la aristocracia desarrollaron características propias tanto en su arquitectura, como en el contenido de los ajuares y la decoración de las recámaras mortuorias. Las edificaciones se volvieron cada vez más monumentales y se construyeron grandes necrópolis para las familias de la élite. Además, surgieron distintos tipos de ornamentación en los murales funerarios y las inscripciones adquirieron tonos de plegaria con el fin de asegurar el bienestar en el más allá. Todo esto es un reflejo de los imaginarios sobre el inframundo, la continuidad de las almas y los cultos a los difuntos que se consolidaron en ese momento y cuyas raíces se remontan al periodo preimperial.

Incensario boshan, parte de ajuar funerario. China, dinastía Han (206 a. n. e.-220). Terracota, metal

El jade

La palabra “jade”, así como el término yu (玉) en chino, puede hacer referencia a distintos tipos de piedra, entre los que se encuentran variedades de jadeíta y nefrita. Este mineral no es originario de China; es muy probable que haya sido importado desde Asia Central y que las técnicas para su tallado hayan sido también incorporadas de otros pueblos. A pesar de ello, las élites de las sociedades de llanura del Río Amarillo lo han utilizado desde mediados del V milenio a. n. e.

El jade era considerado una piedra de gran valor y estaba fuertemente ligado a los rituales funerarios. Uno de los más llamativos de la dinastía Han fue la práctica de cubrir los cuerpos de los miembros de la familia real en trajes mortuorios hechos con cientos de placas de jade unidas por un fino cordel que podía ser de oro u otro material, según el rango del difunto. Este tipo de trajes son un testimonio de la riqueza de la cultura material Han y de las creencias en la vida ultraterrena y la inmortalidad del alma.

Por su parte las piezas llamadas bi tienen una historia aún más antigua. Estos discos de jade con un orificio central han formado parte de los enterramientos en China desde el quinto milenio antes de nuestra era. Se encontraron discos de distintos tamaños, algunos con tallas decorativas, otros lisos, ubicados sobre el cuerpo de los difuntos. Su verdadero significado aún permanece oculto pero algunas teorías sostienen que simbolizan cielo y permiten la conexión con los antepasados.

Disco bi. China, dinastía Tang (618-907). Jade

Recorrido relámpago por la exhibición

Cuándo

A partir del 11 Mayo 2019
Hasta el 2 Junio 2019

Dónde

Museo Nacional de Arte Oriental

Viamonte 525, 2° piso, Pabellón 3 Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Buenos Aires