Por Manuela Trejo Arakaki*
La prefectura de Okinawa, Japón, está formada por un conjunto de islas ubicadas al extremo sur del archipiélago. Rodeada de un mar color turquesa, goza de un clima subtropical y hermosas playas donde se pueden disfrutar de diversas actividades acuáticas. Sin embargo, Okinawa también cuenta con una rica cultura autóctona, cuyo origen se remonta a las épocas en que era conocida como el Reino de Ryukyu, y se mantiene viva hasta el día de hoy.
Durante la era del Reino de Ryukyu (1429-1879), las ceremonias diplomáticas llevadas a cabo en la corte eran sumamente importantes para la consolidación de las relaciones tributarias y políticas con los territorios extranjeros. Las embajadas provenientes de China llegaban a Ryukyu periódicamente, y se alojaban durante meses en villas preparadas especialmente para su recibimiento. Ello motivó la creación de un sistema ceremonial, que incluía una elaborada gastronomía con ingredientes locales, servidos en vajilla de laca roja y cerámicas artesanales, así como también de espectáculos artísticos para el agasajo de estos enviados. Los enormes barcos que traían a las delegaciones eran llamados Ukwansin, y de esta manera las artes performativas comenzaron a denominarse Ukwansin udui.
Cerámica Tsuboya
En el siglo XVIII, Chokun Tamagusuku (1684-1734), un destacado ministro a cargo de los espectáculos cortesanos, ya había forjado un sistema que perdurará hasta la caída del reino. En cada conmemoración se incluía kumi odori (teatro), koten (música) y buyo (danzas), disciplinas que involucraban a su vez una gran producción de vestimentas, accesorios, e instrumentos, elaborados por familias dedicadas a su confección y ubicadas en los alrededores del castillo de Shuri, sede de la corte. Pero si bien estas artes se practicaban en el seno de la realeza, también tenían sus raíces en las artes y tradiciones rituales del pueblo, cuyos orígenes son más antiguos que la formación del Reino como tal.
Kumi odori. Teatro musical que se realiza en uchinaaguchi, la lengua original de Okinawa
Luego del proceso de la Renovación Meiji (1868) en Japón —momento en que se reanudan las relaciones con Occidente—, el Reino de Ryukyu fue anexado como prefectura y pasó a llamarse Okinawa-ken. Al disolverse la corte, los nobles que interpretaban las danzas perdieron el lugar que ocupaban en la jerarquía del reino. A partir de ese momento, las artes cortesanas asumieron otro rol en la sociedad, ya desligada de su función de entretenimiento real y oficial. Algunos de los antiguos miembros de la nobleza comenzaron a presentarse en público en restaurantes y salas de banquetes, como forma de adaptarse al nuevo contexto.
Hacia finales de la década de 1880, surgieron tres teatros temporales en Naha para albergar las funciones de kumi odori. Finalmente, se construyó en la ciudad un edificio permanente, el Teatro Nakamo, y la nobleza pudo presentar su teatro y danzas clásicas al público general. Sin embargo, las primeras repercusiones no fueron favorables, porque este estilo de presentaciones eran consideradas como un espectáculo recargado y sosegado, perteneciente a la clase alta. En consecuencia, los artistas desarrollaron géneros acordes al gusto de los nuevos espectadores, como las danzas zo-odori y un teatro musical que incluía canto, danza y actuación, conocido como kageki.
Si bien ha transcurrido más de un siglo desde la disolución del reino, las prácticas artísticas, las tradiciones, e incluso la religión de Ryukyu, se mantienen activas en la cultura okinawense, así como también en las comunidades de okinawenses en ultramar. En Argentina, la comunidad okinawense o uchinaanchu continúa con la práctica de las artes tradicionales, gracias a las agrupaciones de música y danza que conservan muchos de los textos y prácticas artísticas del antiguo reino.
El sanshin (三線)
El sanshin es un instrumento de cuerdas, que fue introducido en el siglo XV desde China a partir de la adaptación del sanxian. Su sonido se extendió rápidamente por diferentes géneros, y tanto la música cortesana como la música popular incluyeron al sanshin como elemento principal. Su sistema de notación musical se denomina kunkunshi, y fue ideado para transmitir los sonidos característicos de la música de Ryukyu. Sus melodías son acompañadas de cantos, cuyas frases vocales largas obligan a tener un gran manejo del aire y la respiración.
Sanshin. Instrumento de tres cuerdas, cubierto de piel de serpiente.
Ryukyu buyo (琉球舞踊)
Las danzas tradicionales de Ryukyu se clasifican en cuatro grupos: danza clásica o de la corte real, la danza popular, la danza moderna, y las danzas folclóricas de cada región. Estas últimas fueron transmitidas a través de las generaciones mediante los rituales religiosos y las festividades locales. Por otro lado, a diferencia de las danzas cortesanas, las danzas populares surgieron en el campo, cuando la gente se reunía a descansar luego de un largo día de trabajo. Aún en la actualidad, se pueden apreciar sus bailes en distintas partes del archipiélago, acompañados de la música del sanshin.
Desfile de Ryukyu Buyo con kimonos bingata
En la danza okinawense, los movimientos de las manos, los diferentes accesorios, el vestuario y el maquillaje, forman un conjunto de símbolos que expresan la poesía recitada en las canciones. Cada baile tiene convenciones que producen sentidos, a la vez que la ejecución de cada bailarina intensifica su fuerza poética. Entre ellos, los kimonos de tela bingata, envuelven el cuerpo de la mujer con colores vivos, y las figuras de flores, pájaros, olas y nubes, representan a su vez el paisaje de las islas. Otros textiles típicos son los utilizados en las danzas populares, como el kongasuri, un tejido liviano teñido de azul con diseños geométricos, y el fresco bashofu, un tejido confeccionado con fibra de banano.
Baile popular kachasi
Textiles bashofu, fabricados con fibras de árbol de banano.
Textiles realizados con técnica de teñido bingata
En la danza clásica nuchibana se utiliza una guirnalda hecha de flores rojas y blancas, y la canción describe, más que una escena, los sentimientos de la mujer que la ofrece con sus manos:
Juntaré los pétalos de la flor del cerezo
que flotan sobre el río Shirashi Haika,
y haré una guirnalda para colocarla alrededor
del cuello de mi amado
Danza clásica Nuchibana. Su nombre significa “flores enhebradas”
La danza eisa (エイサー)
El eisa es una danza grupal, compuesta por tambores de diferentes tamaños que van marcando el ritmo de los movimientos. Esta danza surgió en la era del Reino de Ryukyu como parte del ritual del Bon, la festividad anual en honor a los antepasados. Respecto de su origen, se estima que fue a comienzos del siglo XVII, a través de la difusión del budismo amidista de la escuela Jodo Shinshu desde Japón. Las oraciones recitadas para los muertos o nembutsu, se convirtieron en cantos y se empezaron a acompañar con música de tambores y sanshin, desplegando en las calles largas procesiones llamadas michijune.
Danza con percusión eisa
Michijune. Procesión de danza eisa en la celebración del Obon
___
Fotografías: © Oficina de Visitantes y Convenciones de Okinawa
*Manuela Trejo Arakaki es Historiadora del Arte e investigadora de arte y cultura de Okinawa. Miembro de AACONI (Agencia de Cooperación Nikkei).
