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Museo Nacional de Arte Oriental

Cinco ideas de la ceremonia japonesa del té para aplicar a tu vida cotidiana

Emiko Arimidzu es argentina y es instructora de la Ceremonia del Té japonesa, también conocida como chado (que significa “el camino del té”). Hija de japoneses, en ella coexisten dos identidades: la de la tierra en la que nació –y en la que vive– y la de su familia, su historia y sus raíces culturales. Hoy es una de las referentes de este ritual en nuestro país, el que practica hace más de tres décadas y sobre el que da clases semana a semana en el Centro Cultural e Informativo de la Embajada del Japón. A los 85 años, sigue estudiando y enseñando: “Sigo aprendiendo, me falta mucho por aprender. Es un camino que nunca se termina”.

En eso también coincide el Sensei Yosuke Maruoka, quien vino desde México a dar clases sobre la Ceremonia: “Como estudiantes sólo estamos pasando a través del sendero que el primer maestro caminó”. Se dice que esta tradición fue iniciada en el siglo XVI por un monje zen llamado Sen Rikyu, el primer maestro en completar el camino del té.

Para el Sensei no hay otra manera de explicar esta tradición: “Básicamente lo que hacemos es mezclar el té (o matcha) con agua caliente y servirlo a los invitados”. Pero luego detalla distintos pasos de la Ceremonia: “Cuando los invitados llegan se les ofrece algo de comida; después se prende el fuego para calentar el agua y se sirve, primero, un té espeso y luego uno más ligero e informal”, explica. Este ritual puede extenderse durante un tiempo indefinido, aunque lo ideal es que no supere las cuatro horas.

La muestra Japón íntimo, que ofrece una selección de piezas de la colección del Museo Nacional de Arte Oriental, tendrá en una de las vitrinas objetos relacionados con el té. Se trata principalmente de objetos correspondientes al Período Edo (1603-1868), desde cuencos de cerámica Soma, Seto y Arita –una de las más famosas en el mundo por la excelencia de su manufactura– hasta las delicadas teteras de la manufactura Banko.

Los objetos tienen un lugar central en la Ceremonia del Té porque son hechos especialmente para ser admirados en ese momento. “Estos elementos –cuenta el Sensei Maruoka– son prestados de la humanidad a nuestras manos, por eso tenemos que regresar estos tesoros, para que sigan pasando de generación en generación”.

La periodista Malena Higashi es la nieta de Arimidzu, y acaba de partir hacia Kioto, en Japón, donde estudiará durante un año los detalles de esta tradición en la escuela Urasenke. “Todos los objetos que se usan en la Ceremonia son muy antiguos y fueron hechos por artesanos que dedican toda su vida a realizarlos”, asegura.

“El invitado, cuando termina de tomar el té, gira la taza y la mira, se toma unos minutos para observarla –explica Higashi–. Se bebe hasta el último sorbo porque las tazas están firmadas abajo y eso permite ver quién la hizo. Los objetos se observan porque es muy probable que nunca más vuelvas a tener en tus manos esa misma taza”.

Los especialistas revelan algunos secretos de la Ceremonia del Té que se pueden adaptar a la vida cotidiana:

  1. La importancia del silencio. “El silencio también es un vocabulario. Cuando estás callado puedes escuchar más voces que cuando estás hablando. Cuando estás hablando te enfocas en las palabras, pero en silencio te enfocas más en la persona y puedes escuchar realmente lo que quieres decir”, explica el maestro Maruoka. “Pero por supuesto puedes hablar lo que quieras durante la Ceremonia del Té”, aclara.
  2. Prestar atención a los detalles. “La naturaleza nos ofrece muchas cosas para disfrutar, pero nos olvidamos, o las ignoramos. Por eso, cuando estás tomando el té, la idea es que vivas eso, que vivas los detalles, que sientas el aroma del fuego, de las flores, al menos en ese momento”, dice el Sensei mexicano.
  3. La pureza en todo sentido. “En Japón, cuando llegas a una casa debes lavarte las manos, no solo para quitarte las bacterias, sino porque queremos quitar la mugre de la sociedad  –dice Maruoka–. La idea es que te olvides de todas las cosas, malas y buenas, que te pasaron en el día y que entres en una casa de té, puro, como un bebé recién nacido, que seas solo tú mismo”.
  4. Complacer a los invitados. En la Ceremonia del Té, todo se centra en los invitados, en hacerlos sentir a gusto, inclusive a la hora de elegir con los cuencos y vasijas para tomar el matcha. “Si tus invitados son fanáticos de las antigüedades, mejor que busques cosas de esa época, porque así, a través de los utensilios, estarán viajando a través del tiempo. Si a alguien no le gustan las antigüedades puedes usar cosas más modernas”, dice el experto. También se piensa en la persona que tomará el té cuando se da vuelta la taza antes de entregarla: “Eso es un hábito japonés. Siempre imaginamos a los utensilios como un cuerpo, del que ofrecemos la parte más bella a los invitados”, señala Maruoka.
  5. Disfrutar el momento en armonía. “La armonía también es muy importante para nosotros  –afirma el Sensei– porque cuando se inició el camino del té eran tiempos de guerra. No sabías si tu compañero de al lado estaría vivo a la noche, si lo volverías a ver. Cuando vives en una sociedad muy agitada, tener un momento de paz es muy valioso”. Por su parte, Higashi cuenta que, en tiempos de guerra en Japón, en un mismo recinto podían sentarse a tomar el té dos enemigos, y tenían que dejar afuera sus armas. “Hoy en día tenemos otro tipo de guerras: el estrés, la falta de tiempo, lo difícil que es moverse en ciudades grandes... Pero creo que el sentido de compartir una taza de té sigue siendo el mismo: un momento en el que uno puede estar tranquilo y disfrutar”, agrega.