Pasar al contenido principal
Museo Nacional de Arte Oriental

Karuta 002 • Mariana Sissia

Un juego de correspondencias

En septiembre de 2019, luego de un intenso trabajo de todo el equipo del Oriental, se reabrieron las puertas de la nueva Reserva VisitableEn este marco se elaboró un programa de intervenciones de artistas contemporáneos que pudieran pensar las piezas de la reserva en relación a su propia producción. Reabrir y repensar el museo para ponerlo en movimiento.

Karuta es un programa que juega con la posibilidad de acercarse a lo familiar y a lo desconocido, a lo propio y a lo ajeno mediante un juego de cartas.

El par de cartas

Imagen de un par de cartas del juego karuta. A la izquierda la carta con una ilustración de un altar budista de Japón. A la derecha, una carta con el siguiente texto: Espacio de la casa de conexión con lo sagrado. Nos enlaza con la pregunta esencial y primaria de toda tradición espiritual: ¿Quién soy? Puedo ante él traer a la conciencia de dónde vengo. Puedo también saber hacia dónde voy.  La meditatio mortis, el recuerdo que he de morir, es una realidad que da sentido a la vida misma. Es algo que sabiamente oriente pudo hacer perdurar a través de sus rituales.  Este momento nos pone en contacto con la maduración de la muerte en la vida, posibilita la conexión con lo esencial, con lo ancestral, con el kairós (el tiempo en su dimensión cualitativa) y con el misterio de la vida.

La bio de la artista

Mariana Sissia (Ramallo, 1980) cursó la Licenciatura en Pintura en la Universidad de Rosario (1998-2003). Ha realizado clínica de obra con Ernesto Ballesteros y el Programa de Artistas de la Universidad Torcuato Di Tella (2011-2012). En 2013 formó parte de la residencia en el Banff Centre en Canadá. Tuvo muestras individuales en Buenos Aires, San Pablo, Chicago y participó de muestras colectivas y ferias internacionales en Ciudad de México, Miami, Barcelona, Lima, Basel, Bogotá, entre otras. En 2016 publicó Mental Landscapes, un libro que reúne buena parte de sus trabajos. Su obra explora las posibilidades del dibujo como una zona de encuentro entre la práctica física y experiencias psíquicas, abordando su técnica no como medio de representación sino como una acción gráfica capaz de habilitar determinados estados de conciencia, cercanos a la meditación.

Su práctica artística se inscribe en la tradición gestual del arte del siglo XX, que abreva en las fuentes del arte oriental. En la tensión caligráfica, el ejercicio sostenido sobre patrones y el disciplinamiento del instinto en sus obras resuenan las formas del dibujo chino. Sus piezas visuales, cargadas de energía mental, son imposibles de traducir al discurso y sugieren mundos autosuficientes y delicados, en los que el público es invitado a sumergirse. Esto la ha llevado a experimentar con soportes heterodoxos en sus obras implementando el rollo como dispositivo de exhibición y el papel de arroz como superficie. Estos formatos, ampliamente difundidos en las culturas budistas, obligan al espectador a una cercanía máxima con las obras, a un tipo de observación fragmentaria y detallista y una mirada capaz de seguir las formas al mismo tiempo que se expanden, contraen o desaparecen. 

La imagen: Mariana Sissia, Una hoja muerta, 2020. Lápiz sobre papel

      

Imagen de un dibujo a lápiz de una hoja de una planta en un fondo blanco

El objeto elegido

Imagen de un butsudan o altar budista japonés

      

Un butsudan (“altar de buda” en japonés) es un altar familiar en donde se rinde culto no sólo a Buda sino también a los antepasados. Cerrado parece un pequeño armario y una vez abierto se revela un espacio para la devoción. En el centro se coloca la figura de un buda y alrededor elementos que remiten a los ancestros como por ejemplo fotografías, tablillas votivas u objetos personales. También puede haber otras pequeñas plataformas en donde se colocan las divinidades tutelares de la familia y un espacio en donde ubicar ofrendas como flores, comida o incienso. Por supuesto, hay muchos estilos y formas de disponer los elementos de un butsudan, justamente cada familia lo hace único.

Este es del período Meiji (1868-1912) y está hecho en madera, laca, seda y metal. Tiene aplicaciones de bronce con aves y motivos florales y mide 174 cm de alto.

Si te gusta esta obra y querés saber más, ACÁ podés ver un video donde se relatan dos experiencia personales con el butsudan.

El archivo descargable

En el link de abajo vas a encontrar un PDF descargable con el texto curatorial, la bio de la artista y las cartas para imprimir y recortar.
En esta entrega: Karuta 002 • propuesta de Mariana Sissia

Volver al mazo

Recursos